Eficiencia energética con falsos techos

Eficiencia energética con falsos techos

Cuando hablamos de eficiencia energética en construcción, solemos pensar en ventanas, muros o sistemas de climatización.

Pero el falso techo juega un papel fundamental que muchas veces pasa desapercibido.

Al crear una cámara de aire entre el techo original y el nuevo revestimiento, este sistema actúa como barrera térmica y acústica, optimizando el consumo energético del espacio.

En climas extremos, esta diferencia puede traducirse en hasta un 25% de ahorro en climatización, tanto en invierno como en verano.

Tipos de materiales con mejor comportamiento térmico

Para conseguir un verdadero impacto energético, no basta con instalar un falso techo cualquiera: los materiales cuentan, y mucho.

Aquí te explicamos los materiales considerados como los más eficientes:

  • Lana de roca y lana mineral: Su baja conductividad térmica (λ) y capacidad para conservar el calor las hace ideales. Además, aportan aislamiento acústico y resistencia al fuego.
  • Placas de yeso laminado (Pladur): Buenas propiedades térmicas cuando se combinan con aislantes. Son ligeras y fáciles de instalar.
  • Espuma de poliuretano: Excelente aislamiento térmico, aunque menos sostenible. Muy usada en techos industriales o locales con alta demanda térmica.
  • Paneles multicapa o reflexivos: Incorporan aluminio y otras capas que reflejan la radiación térmica.

Falsos techos registrables

Lo ideal es combinar sistemas registrables con estos materiales para permitir mantenimiento sin perder propiedades térmicas.

La importancia del sistema constructivo

No todo es cuestión de materiales. El tipo de estructura y la instalación correcta marcan la diferencia:

  • Sistema de perfilería metálica con suspensión: crea una cámara de aire que actúa como aislante natural.
  • Uniones bien tratadas y sin puentes térmicos: fundamentales para evitar filtraciones de calor.
  • Integración con instalaciones: permite ocultar conductos de climatización, evitando que pasen por zonas frías o calientes innecesariamente.

Todo esto se traduce en un confort térmico más estable y un menor uso de equipos de calefacción o refrigeración.

Normativa y eficiencia

No todo es cuestión de materiales. El tipo de estructura y la instalación correcta marcan la diferencia:

  • Sistema de perfilería metálica con suspensión: crea una cámara de aire que actúa como aislante natural.
  • Uniones bien tratadas y sin puentes térmicos: fundamentales para evitar filtraciones de calor.
  • Integración con instalaciones: permite ocultar conductos de climatización, evitando que pasen por zonas frías o calientes innecesariamente.

Todo esto se traduce en un confort térmico más estable y un menor uso de equipos de calefacción o refrigeración.

Confort térmico con falsos techos

Casos en los que un falso techo mejora la eficiencia

Los beneficios de los falsos techos energéticos se hacen especialmente evidentes en ciertos tipos de edificaciones y situaciones.

Por ejemplo, en viviendas situadas en la última planta de un edificio, donde la radiación solar incide directamente sobre el tejado, el falso techo actúa como una barrera térmica adicional que reduce la transferencia de calor hacia el interior.

En locales comerciales que requieren una iluminación de falsos techos técnica constante, como tiendas o supermercados, el falso techo cumple una doble función.

No solo permite integrar la instalación eléctrica de forma eficiente y estética, sino que también colabora en la disipación del calor generado por los focos y luminarias, lo que contribuye a mantener una temperatura más estable en el ambiente.

En el caso de oficinas que disponen de sistemas de climatización central, este tipo de solución constructiva ayuda a optimizar el rendimiento del sistema.

Al canalizar el aire a través de una cámara delimitada por el falso techo, se minimizan las pérdidas energéticas y se garantiza una distribución más homogénea de la temperatura en todos los espacios de trabajo.

Mejora de la eficiencia con falsos techos

También en centros educativos, sanitarios o asistenciales, donde el confort térmico influye directamente en el bienestar, la concentración y la salud de las personas, los falsos techos aportan una mejora significativa.

Además de aislar térmicamente, pueden incluir propiedades acústicas que reducen el ruido ambiente, creando entornos más agradables y funcionales.

Por último, en proyectos de reforma, los falsos techos se presentan como una solución rápida, limpia y poco invasiva. Su instalación no requiere grandes obras ni demolición, lo que permite mejorar de forma eficaz el comportamiento energético del espacio sin alterar significativamente la estructura original del edificio.

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Como has podido ver, la eficiencia energética no depende solo del aislamiento en muros o ventanas, sino de un enfoque integral.

Los falsos techos son una solución estratégica, versátil y efectiva que permite mejorar el confort térmico, reducir el gasto energético y adaptarse a las exigencias normativas actuales.

Apostar por un falso techo bien diseñado e instalado marca la diferencia entre un edificio pasivo y uno derrochador.

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