Aislamiento con lana de roca y Pladur

Aislamiento con lana de roca y pladur

En el mundo de la construcción y la reforma moderna, la combinación de sistemas de yeso laminado, conocidos popularmente como Pladur, con la lana de roca se ha convertido en una de las soluciones constructivas más completas y eficientes.

Mientras que el Pladur aporta versatilidad, rapidez de ejecución y un acabado perfecto, la lana de roca dota al sistema de unas prestaciones de alto rendimiento.

Juntos, forman un equipo ideal para la creación de trasdosados y tabiques interiores.

El aislamiento con lana de roca en trasdosados de Pladur no solo responde a una necesidad, sino que ofrece una triple protección.

Esta sinergia permite mejorar el confort térmico de una estancia, proporcionar un notable aislamiento acústico y, además, incrementar la seguridad pasiva frente al fuego.

Este artículo profundiza en las propiedades de la lana de roca y explica por qué es el complemento idóneo para cualquier sistema de yeso laminado.

¿Qué es la lana de roca?
Lana de roca

La lana de roca es un material aislante que se fabrica a partir de roca basáltica, una materia prima natural y abundante.

Su proceso de producción consiste en fundir esta roca volcánica a más de 1600 °C y, mediante un proceso de fibrado, convertirla en una estructura de fibras finas y multidireccionales.

Estas fibras se entrelazan para formar una especie de fieltro o manta, creando una estructura con millones de pequeñas bolsas de aire atrapadas en su interior.

Esta estructura fibrosa de poro abierto es la clave de su multifuncionalidad. La lana de roca es, por naturaleza, un material inorgánico, por lo que no se pudre ni favorece la aparición de moho.

Es hidrófuga, lo que significa que repele el agua, y permeable al vapor, permitiendo que los muros transpiren.

Además, posee una gran estabilidad dimensional, por lo que no se deforma ni se encoge con el tiempo, garantizando que el trasdosado con lana de roca mantenga sus prestaciones durante toda la vida útil del edificio.

Aislamiento térmico y eficiencia energética

Una de las principales razones para instalar lana de roca en pared es su gran capacidad como aislante térmico.

El aire inmóvil atrapado entre sus fibras es el responsable de su baja conductividad térmica. Esto significa que el material se opone con gran eficacia al paso del calor, ofreciendo una alta resistencia térmica.

En la práctica, un trasdosado de pladur con lana de roca actúa como una barrera que mantiene el calor en el interior de la vivienda durante el invierno y lo deja fuera durante el verano.

Esto se traduce directamente en un mayor confort térmico, eliminando la sensación de «pared fría» tan común en muros mal aislados.

Como consecuencia directa, se reduce la necesidad de utilizar calefacción y aire acondicionado, lo que impacta positivamente en la factura energética.

La correcta instalación de este sistema es clave para la eficiencia energética con Pladur.

Aislamiento acústico

La misma estructura fibrosa que hace de la lana de roca un gran aislante térmico la convierte en un material fonoabsorbente de primer nivel.

Cuando las ondas sonoras intentan atravesar el panel de lana de roca, su energía choca con las fibras, se disipa y se transforma en calor, reduciendo drásticamente el sonido que pasa al otro lado.

Ondas sonoras atravesando panel de lana de roca

Esta propiedad es la base del aislamiento acústico con lana de roca.

Al rellenar la cámara de aire de un trasdosado autoportante, la lana de roca actúa como el componente «muelle» en el sistema físico de «masa-muelle-masa».

La combinación de la pared original (masa), el panel de lana de roca para Pladur (muelle) y la nueva placa de yeso laminado (masa) crea una de las soluciones más eficaces para insonorizar con lana de roca y pladur.

Por ello, el aislamiento acústico en trasdosado con lana de roca es una de las aplicaciones más demandadas.

Protección contra el fuego

Una de las propiedades de la lana de roca más importantes, y que a menudo se pasa por alto, es su comportamiento frente al fuego.

Al estar fabricada a partir de roca, la lana de roca es ignífuga por naturaleza. Su punto de fusión es superior a los 1000 °C, lo que le confiere una clasificación de reacción al fuego Euroclase A1, la más alta posible.

Lana de roca ignifuga

Esto significa que es un material incombustible: no arde, no contribuye a la propagación del fuego y, fundamentalmente, no genera humos tóxicos ni goteo de partículas inflamadas en caso de incendio.

Al instalar un trasdosado autoportante con lana de roca, no solo se mejora el confort, sino que se añade una capa de seguridad pasiva al edificio.

La lana de roca puede proteger durante un tiempo determinado la estructura metálica del propio trasdosado y los elementos constructivos que hay detrás, dando un tiempo valioso para la evacuación y la actuación de los servicios de extinción.

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